Durante la COP25, todo el mundo tenía expectativas y esperanzas de que los países más grandes del mundo llegaran a un acuerdo para tomar medidas contundentes que lograran revertir el daño en nuestro planeta.
Sin embargo, dicho evento que duró 14 días donde diplomáticos, empresarios y organizaciones debatían y proponían, concluyó sin llegar a un acuerdo convirtiendo el evento en todo un fracaso en medio de una emergencia climática.
Los intereses económicos de cada país no han permitido que se lleve a cabo la idea de contener la temperatura global reduciendo las emisiones de CO2 causadas por la utilización de combustibles fósiles.
Entre los países que prefieren ver el mundo consumirse antes que perder dinero han sido China, Brasil e India, el bando de la oposición donde no dieron su brazo a torcer.
Ante un mercado que seguirá generando emisiones, se abre una oportunidad nueva
Dos de los países que más generan contaminación debido a su sobrepoblación y consumo son China e India, que han sido foco de atención por la responsabilidad que no quieren asumir por sus inmensas emisiones de gases.
Pero Estados Unidos no se queda atrás, también es considerado como uno de los países que más contaminan en potencia en todo el mundo, y no ha querido hacer mucho al respecto.
Por lo tanto, la gran resolución de lograr mantener la temperatura global parece fracasar, pero ante la incertidumbre de qué va a pasar ahora y la desesperanza, ha llegado una nueva idea que puede convertirse en el futuro del mercado.
Se abren las puertas a un nuevo tipo de negocio sostenible: Absorción del CO2
Ha sido la empresa suiza Climeworks AG quienes desde hace más de diez años vio una oportunidad en el desarrollo de tecnología de captura de aire con CO2 y ya se encuentra en un proceso final de financiación.
Durante los últimos años la compañía se ha dedicado a recaudar dinero para realizar una de las mayores inversiones privadas que una empresa de este giro ha hecho hasta ahora.
Con esto buscan ampliar y realizar mejoras tecnológicas de su planta actual y construir otra nueva con la capacidad de absorber y almacenar hasta 100 mil toneladas de CO2 anuales.
Para el 2022 se espera iniciar este plan y comenzar a capturar la mayor cantidad de gases de efecto invernadero posibles, expandir su mercado y así hacer sus procesos incluso más asequibles.
Hasta ahora, cuesta cerca de 229 euros absorber una sola tonelada de CO2, pero también debe de agregarse otros gastos durante ese proceso, llegando a costar hasta 900 euros la tonelada a algún cliente que desee implementar dicho sistema en sus plantas o fábricas.
Es por ello que se tiene fe en la nueva inversión y el crecimiento de este mercado para que los precios sean competitivos y más clientes puedan hacer uso de este servicio.
Así funcionan las aspiradoras de CO2 de Climeworks
Estas aspiradoras o máquinas de succión atrapan el aire del medio ambiente y las hace pasar por tres contenedores de gran tamaño.
Cada uno de estos gigantescos contenedores está equipado con dos filtros en su interior que atrapan las partículas de CO2 cuando el aire pasa a través de ellos.
El aire limpio es liberado de nuevo a la atmósfera y el CO2 queda almacenado para luego venderla a empresas interesadas.
Uno de los sectores que más utilizan CO2 en sus productos es el de las sodas, pues lo usan para carbonatar sus bebidas y así obtener sus características burbujas.
O también el sector agrícola que utiliza este bien para favorecer el crecimiento de cultivos de invernadero.
De ese modo, grandes empresas que requieren del dióxido de carbono podrán obtenerla de fuentes sostenibles que no generen un impacto en la naturaleza
La oportunidad está sobre la mesa y el mercado ya marcha sobre ruedas, ahora es cuestión de que más países puedan ver el beneficio y lo implementen a sus mercados.
Ya que a comparación de los planes que se contemplaban hasta ahora que gira en torno a abstenerse y realizar cambios difíciles permanentemente, ahora se trata de una solución donde muchas partes salen ganando y hacen fluir el dinero.
Además, de ese modo incluso los países en vías de desarrollo que difícilmente pueden abstenerse de usar carbón y petróleo como principal medio de energía, ahora pueden encontrar una fuente de empleo y de crecimiento económico.